El Barbado que todavía lloramos

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Ministerio de Justicia
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A pesar de las cuatro décadas y media que nos separan del abominable crimen, Barbados duele en el alma irredenta de millones de cubanos.

  Duele porque aquella bomba que el 6 de octubre del año 1976 cercenó la vida de 73 personas tras la voladura en pleno vuelo de un avión cubano, enlutó no solo a familiares y amigos, impactó sobre todo un pueblo.

¡Cuánta ira reprimida! ¡Cuánta impotencia dentro de pechos que parecían romperse!  ¡Cuántas lagrimas ahogaron en ese instante un clamor de justicia nacido del puño indetenible de obreros, campesinos, intelectuales! De millones de cubanos.

¡Cómo duele saber que los autores de la criminal acción terrorista- dos asesinos de la talla de Luis Posada Carriles y Orlando Bosch- al servicio de la Agencia de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) por sus siglas en inglés, murieron libremente en ese país sin pagar por sus confesos actos! 

Aquellas familias destruidas, los hijos sin padres, las parejas que perdieron sus sueños, los padres que aún después de tantos años lloran la ausencia de los hijos arrebatados, nunca podrán cerrar sus heridas.

 Por eso Barbados duele tanto. No importa si los caídos eran deportistas con un futuro brillante, o si un grupo de ellos ganó todas las medallas de oro en disputa en un torneo regional, Barbados duele porque se vertió sangre inocente y porque le arrebataron a la madre patria una parte importante de sus hijos. 

Hoy 6 de octubre mientras todos recordamos el criminal sabotaje y la fecha cobra mayor vigencia, quizás sea momento propicio para que muchos se pregunten ¿Cómo habría decursado sus vidas si el odio promovido por los poderosos vecinos del norte no les hubiera arrebatado a sus familiares? 

 Cuarenta y cinco años después la voladura en pleno vuelo del avión cubano todavía moviliza al pueblo. Cómo no hacerlo si los motivos del abominable crimen siguen vigentes y desde Estados Unidos se arrecia y promueve el odio, la división, el desencanto, aderezado con campañas mediáticas mentirosas en el enfermizo afán de derrocar la Revolución cubana.

Hoy cobra nueva vigencia el emotivo discurso de nuestro comandante en jefe aquel 15 de octubre de 1976 en la histórica Plaza de la Revolución José Martí y en concordancia con sus principios el pueblo de Cuba siente como suyo el dolor de los familiares que lloraron y lloran por sus familiares caídos.

Etiquetas
#TerrorismoNuncaMás
Fuente
Enrique Valdés

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