La alegría retornó a las aulas

Nuevamente el primer lunes de septiembre se robó las palmas.  Desde muy temprano en la mañana la rutina rompió sus esquemas y las calles acogieron a oleadas de estudiantes en marcha hacia sus centros estudiantiles.

 Cada barrio se llenó de colores, cada encuentro, después de las merecidas vacaciones, se transformó en apretones de manos y abrazos. Hoy vimos a un estudiantado feliz prestos para asumir un nuevo curso escolar y prepararse para asaltar el futuro.

 En ninguno de los rostros observé preocupación. Padres y estudiantes, unidos, saludaron la fecha e, incluso, comenzaros a hacer planes para futuros equipos de estudio o salidas a pasear en grupo.

 En el Ministerio de Justicia también fue un día distinto. La asistencia temprana alteró su norma porque padres y madres acompañaron a sus hijos en este trascendental momento.

 En días previos cada uno de ellos compartía el ajetreo lógico de la búsqueda y arreglo de los uniformes, el forro de las libretas, el aseguramiento necesario. Y todo eso sin descuidar una exigente labor encaminada a elevar la calidad de los servicios jurídicos.

 Quizás en redes sociales los odiadores de siempre, o la prensa “independiente” al servicio de los enemigos de la patria destaquen las innegables manchas que todavía tiene este bello sol, pero ni aún así podrán opacar la luz que emana de un sistema educativo que, pese a sus imperfecciones, se empeña cada día en sembrar la luz de las letras entre nuestros muchachos.

 Alegría y optimismo fue lo que encontré hoy en este inicio del curso escolar 2023-24, las imágenes hablan por sí solas. Esta fiesta de pueblo vivida en cada barrio es realmente enaltecedora.