El año en que las antorchas determinaron el camino a seguir

Enero del año 1953. La obscuridad ceñía el futuro de Cuba.  Con Fulgencio Batista en el poder, luego de perpetrado su golpe de estado el 10 de marzo de 1952, días y noches se tiñeron de sangre noble con la anuencia de Estados Unidos.

 En la Universidad de La Habana un grupo de jóvenes, inconformes con la situación política-económica- social existente, exploraban caminos que enrumbaran a la Isla hacia derroteros más prósperos, pero la represión del gobierno usurpador lo hacía imposible.

Sin embargo, el 27 de enero, casi al filo de la medianoche, las luces de las antorchas redentoras recordaron que el Apóstol de la independencia cubana, José Martí, aguardaba por el relevo que recogiera los sueños rotos que reposaban en Dos Ríos.

 Y llegó Fidel, quien junto a más de medio millar de jóvenes “armados” con la bandera de la estrella solitaria, desafiaron la negativa del desgobierno usurpador y marcharon desde la Universidad de Escalinata Universitaria hasta la Fragua Martiana, donde, después de un encendido discurso pronunciado por José Machado Rodríguez (Machadito), concluyó con gritos de ¡Libertad!, ¡Libertad!

 Enero del año 1953. Fecha inolvidable para la patria, porque, aunque como dijera Fidel “parecía que el Apóstol iba a morir en el centenario de su natalicio” aquella Generación, conocida después como la del Centenario, comenzaba a radicalizar su pensamiento y a concebir la lucha armada como la única vía para alcanzar la independencia.

Enero del año 2023. Hoy de seguro volveremos a ver a Fidel al frente de la marcha aupado por la bandera, ¿Acaso alguien duda que entre los cientos de jóvenes que alumbrarán la noche previa al cumpleaños 170 de nuestro Héroe Nacional camina imbatible el ideal de nuestro invicto Comandante en Jefe?

 Porque estos jóvenes que a pesar de la hostilidad imperial se empeñan por construir en su patria un futuro mejor son de la misma estirpe de aquellos, que en el año 1953 rescataron a Martí para llevarlo hacia la eternidad.

 Desde el Ministerio de Justicia otro grupo de trabajadores, comprometidos con su historia y su tiempo, contribuirán también a alumbrar el futuro luminoso que a manera de símbolo emana de esas antorchas pletóricas de patriotismo y amor.