Responsabilidad individual y colectiva: Claves para derrotar el actual rebrote de la pandemia
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Desde que en el mes de marzo del pasado año el mortal virus causante de la epidemia de la COVID-19 entrara a la nación hasta la fecha, Cuba ha pasado por distintas etapas en su enfrentamiento.
Después de aquellos primeros tiempos en los cuales poco se sabía del peligroso coronavirus, la Mayor de las Antillas logró, con la alta preparación de sus científicos, desarrollar cinco candidatos vacunales- uno de ellos convertido hoy en vacuna- y desarrolló un protocolo eficaz que permitió reducir a cifras por debajo de la media mundial el número de contagios y fallecidos.
Sin embargo con el nuevo rebrote protagonizado por cepas más letales y virulentas los números se han disparado y con ello la alerta y preocupación del Estado, el Gobierno y la población en general.
Sin ánimo de buscar culpables, es bueno aclarar que de la responsabilidad individual depende la vida de todos. Es un criterio casi extendido que en esta última etapa se perdió la percepción del peligro, las medidas en algunos casos perdieron su efectividad en buena parte por errores humanos y el descontrol disparó los casos de contagios en la casi totalidad de la geografía cubana lo cual obligó a las autoridades a decretar por primera vez en la historia la fase de trasmisión comunitaria de la etapa epidémica.
Los números de hoy, aunque por debajo de la media mundial, exigen que cada una de las personas implicadas, léase directivos institucionales, dueños de negocios no estatales y población en general, incorporen a su actuar las medidas aconsejadas por los especialistas de Salud.
En tal sentido el uso de dos nasobuco, el distanciamiento físico, la desinfección de manos, pies y ropas es imprescindible para cortar la cadena de trasmisión y reducir los daños humanos de tan peligrosa pandemia.
El llamado a la responsabilidad, que reiteradamente el director de Higiene y Epidemiologia del Ministerio de Salud Pública, doctor Francisco Durán García, reclama por los medios de difusión masiva más que una consigna, invita a la reflexión.
Hoy es necesario adaptar la situación epidemiológica a la realidad territorial, a las especificidades de los barrios y comunidades, a la situación de cada una de las provincias porque es allí, sin duda alguna, donde se ganará esta crucial batalla.
Cuba, a pesar del bloqueo impuesto por Estados Unidos y su declarada hostilidad que incluso dificulta el acceso a recursos médicos para enfrentar la pandemia de la COVID-19, está en condiciones de derrotar al coronavirus, si en ese afán se unen todos los cubanos.
