Un tanto a favor del Código de las Familias

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Cada martes el programa  televisivo Familias nos acerca a historias de vida desgarrantes. Cada una de ellas encierra dolor y tristeza y ha impactado de una u otra manera en la funcionalidad de una familia.

 En esta ocasión, a partir de la historia de José, se abordó una de las temáticas más debatidas del proyecto del Código de las Familias, la multiparentalidad, la filiación asistida y el derecho sobre la base del afecto.

 Conducido por la Doctora en Ciencias y Profesora Titular de la Facultad de Psicología  de la Universidad de La Habana, Patricia Arés Muzio, el programa que sale al aire por el canal de Cubavisión, deviene un excelente momento para reflexionar acerca de la importancia de contar en Cuba con un Código inclusivo capaz de a las distintas situaciones que hoy se manifiestan en la sociedad.

 En esta ocasión lo contado por José no es una problemática exclusiva, sino el reflejo de la falta de una norma que proteja el derecho de la familia concebida más allá de la consanguinidad.

 José tenía una familia feliz, la hija fue  uno de sus tesoros más preciados, hasta enterarse que no era su padre biológico.

Sobrevino la separación, dolor a raudales y una menor que no entendía la razón por la cual el  padre se había desentendido de ella de la noche a la mañana.

 Con los días la madre le explicó que si durante años fungió como el padre de la niña no era justo para ninguno de los dos romper ese vínculo afectivo.  Entonces  comenzó un proceso, también doloroso y lento, para asimilar la nueva realidad.

 Durante la trasmisión se expusieron un grupo de entrevistas en las cuales la población coincidió en que no siempre la familia biológica ha sido quien ha dado el frente a la manutención y crianza de los menores ni asumido los roles paternos o materno  según el caso.

 Una de ellas relató cómo a lo largo de su vida la figura paterna la ocupó el padrastro porque el padre biológico nunca se preocupó. Él estuvo presente en mis momentos buenos y en los más difíciles y ahora me ayuda en la crianza de mi hijo que, por lógica es su nieto.

 Sin embargo no siempre estas historias tienen un final feliz. Las especialistas que participaron en el programa reconocieron que en la actualidad esas personas que han dedicado parte de su vida  a la crianza de hijos y nietos no consanguíneos, o incluso aquellos que a sabiendas de que el hijo no era suyo decidieron inscribirlo como propio, hoy no les asiste derecho alguno.

 La ley vigente se los da todos  al padre o madre biológica y desplaza a la figura de los afectos.

Al respecto Ana María Álvarez Tabío,  integrante de la comisión redactora del Código de las Familias y profesora de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana, enfatizó en que en el Código de Familia, vigente desde 1975, predomina el criterio de familia consanguínea  sin espacio para la formada por la socio-afectividad.

Esta norma propuesta es sumatoria de ese afecto, puede reconocerse o no la filiación biológica, eso lo decidirá el mejor interés del menor, pero en todo caso se propicia la multiparentalidad de los vínculos filiales, algo que hasta ahora no es posible.

 A esa multiparentalidad, dijo, puede accederse por diferentes vías, entre ellas las relacionadas con  vínculos biológicos y consanguíneos;  por filiación adoptiva, y por técnicas de reproducción asistida para lograr las  ansias de maternidad o paternidad.

 Con relación a esta última la especialista explicó que el nuevo Código de las  Familias posibilita que la reproducción asistida, además de beneficiar a  una pareja infértil, se extienda con el aceptado empleo  de la gestación solidaria.

 Los casos de Filiación asistida, aseguró Álvarez Tabío, en los cuales la persona donante no sea anónima,  la nueva normativa les da el derecho de un doble vínculo filiatorio.

 La Historia de José aún no concluye. En la actualidad el padre biológico que ni siquiera sabía de la existencia de la niña, se relaciona con ella aunque todavía sin decirle la verdad de su parentesco, también comparte con los hermanos sin saber que lo son, mientras José afirma tener celos de esa relación y, sobre todo, miedo a perder a una hija que siempre atendió como suya.

 Patria Arés puso el dedo en la llaga al referir, entre otros cuestionamientos, si los adultos están preparados para dejar de lado los rencores y pensar en estos casos en el bien mayor del niño; si desde el rol de cada quien comprenden que el nuevo Código de las Familias no quita derechos ni desplaza a nadie, sino que abre un abanico de opciones para el desarrollo de esas relaciones paterno- filiales.

 Y con relación a los abuelos, cada uno de los entrevistados reconoció el rol que estos desempeñan en la vida de la familia y en especial el impacto que sobre su nietos tienen. Estamos a favor de reconocer esos derechos. Un tanto a favor del nuevo Código de las Familias, coincidieron todos.

Etiquetas
Código de las Familias
Fuente
Enrique Valdés

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