Motivos para un Código

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Ministerio de Justicia
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Hace apenas unas horas, mientras disfrutaba un rato en el parque con uno de mis nietos, un grupo de personas, de distintas edades, opinaban acaloradamente sobre el Código de las Familias ahora en Consulta Popular.

 El consenso o más bien la mayoría de los interlocutores defendían como principio que,  en medio de las dificultades económicas y las consecuencias de la COVID-19,  era innecesario aprobar un nuevo Código cuando el que está ha funcionado bien.

 Sin mediar en una discusión evidentemente estéril, medité entonces en cuánto se ha divulgado y tratado por los medios de información masiva este proyecto, preguntándome cómo era posible que en medio de una Consulta Popular en la que todos debemos intervenir porque ahí pudiera decidirse nuestro futuro como persona o nación, todavía existan personas que ni siquiera han ojeado la normativa.

Como quiera que las dudas de mis vecinos del parque pudieran ser la de otros muchos  conciudadanos preferí tratar llegar con este artículo a un número mayor de interlocutores.

 No pretendo arrogarme la potestad de la verdad absoluta. No la tengo. Pero si de algo estoy seguro, por experiencias vividas a lo largo de mi profesión,  es que la realidad de la sociedad cubana está pidiendo a gritos esté Código de las Familias.

El Código de Familia- así sin s al final- vigente desde el 14 de febrero de 1975 tiene ya 47 años.

 ¿Cuánto no cambia la vida en ese tiempo? Es cierto, la norma que tenemos fue una de las más modernas de su época, incluso sirvió de referente para  la promulgación de otros Códigos en Latinoamérica, pero ya es necesario renovarlo  para que  se parezca más a nuestra realidad y adaptar el reordenamiento  interno  a los tratados internacionales suscritos por Cuba con incidencia en materia de Familia como la Convención sobre los Derechos del Niño y la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.

La discusión de marras que originó este artículo tenía entre sus protagonistas a tres jóvenes ¿Habrán leído, al menos superficialmente, ese proyecto que mal debatían? ¿Sabrían que al acercamiento de sus postulados a los Convenios Internacionales tiene entre sus objetivos garantizarles más derechos? Opino que no.

La Carta Magna aprobada en el año 2019 por la mayoría de los cubanos,  refrenda en sus artículos del 81 al 89 un marco regulatorio coherente  con el pluralismo familiar existente  en la sociedad cubana.

 Es precisamente en virtud de esos derechos constitucionales, que ahora se somete a Consulta Popular un Proyecto de Código de las Familias, novedoso y de avanzada como lo fue en su tiempo al que pretende sustituir, en el cual se adopta el afecto como sustento de las relaciones familiares y lo sitúa a la par de la sangre, como bien dijera el Doctor en Ciencias Jurídicas Leonardo Pérez Gallardo  en un reciente programa televiso Hacemos Cuba.

 Las ventajas son muchas, sin embargo, lejos de convocar a una votación positiva, los invito a leer, reflexionar, medir los pro y los contra, mirar con ojos  críticos cómo se desenvuelve su comunidad y cuestionarse si entre los derechos que nos otorgó la Constitución de 2019 está el de negarle a otros sectores su derecho pleno a la igualdad.

 Miremos también las distintas familias, la que está formada solo por una madre soltera y su hijo, la sustentada solo por abuelos, aquella donde uno de los progenitores no está y su figura fue sustituida por lo que hoy conocemos por padrastro o madrastra ¿Acaso tenemos el derecho de arrebatarles los suyos?

 Si, nuestra sociedad necesita este Código de las Familias, esta normativa de los afectos, esta legislación concebida para protegernos a todos, sin distinción de raza o credo.

 Y por último una reflexión de la cual no puedo sustraerme. Si nuestros enemigos atacan con tanta saña el Código de las Familias que pretendemos darnos, es definitivamente,  porque para nuestra nación resulta bueno. Y aquí aplico la máxima del Quijote cuando su escudero Sancho Panza  lo alertó del ladrido de los perros.! ¡Dejadlos que ladren, es señal de que vamos avanzando!

Etiquetas
Código de las Familias
Fuente
Enrique Valdés

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