Una Plaza repleta de sueños.

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Minjus Primero de mayo
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Por Enrique Valdés

 No pudiera enumerar cuántos sentimientos distintos me embargan en esta víspera del Primero de Mayo.

 Hoy enfrento el dilema de quedarme en casa, después de años, muchos años, de sorprender a la madrugada como un más en medio de una marea de personas.

Sin dudas este será un Primero de Mayo distinto. Mi agenda no viajará conmigo a la Plaza, no tomaré notas no recogeré impresiones, tampoco habrá chistes, reflexiones ni maldades entre colegas. Yo tampoco estaré en la Plaza. Nadie estará en la histórica Plaza de la Revolución.

 Por estos días un peligroso coronavirus nos trajo la COVID-19, una epidemia que mata a pesar de los intensos esfuerzos del Estado y el Gobierno cubano por impedírselo. Por eso nos quedaremos en casa.

 Sin embargo tal vez mañana mis recuerdos decidan desafiar la cuarentena y salgan volar. Quizás vuelva a desfilar en los hombros de mi padre agitando una pequeña bandera cubana, o de la mano de mi abuela preocupada siempre por no perderme de vista en medio de una marea de personas.

 Es posible que sonría de nuevo con amigos o familiares que ya no están, que mientras desfile levante mí vista hacia la derecha emocionado y salude a Fidel inmenso como siempre, pero más inmenso aquel primero de mayo después de legarnos un profundo concepto de Revolución, que 20 años después tiene una vigencia increíble.

 Acaso mañana después de entonar nuestro Himno Nacional con toda la solemnidad que merece, como antaño hicieron conmigo, levante a mi nieto en hombros y desfile con el por nuestra historia.

 Sin dudas  este será un Primero de Mayo diferente. ¿Cómo podría el mundo constatar que la Plaza de tantas victorias ahora vacía paradójicamente esté llena? Muy fácil. Basta con que cada  cubano decida desfilar desde su ausencia,  trasportarse en el tiempo y agitar las invisibles alas de las remembranzas removiendo las gavetas de los recuerdos.

 Entonces el mundo entero sabrá que aún en aislamiento estamos allí, esperando que la pandemia pase para celebrar después otro Primero de Mayo distinto, lleno de colores y abrazos, pues después del coronavirus, habrá mundo, belleza y alegría y sobre todo motivos para celebrar una victoria.

 Nos vemos en la Plaza de la Revolución mañana. Sin dudas estará repleta de sueños. 

 

lp/minjus

 

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Primero de Mayo MINJUS

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