Aquella Caravana de la libertad que devolvió la dignidad arrebatada a los cubanos

Hace 66 años que la Caravana de la Libertad, encabezada por Fidel, después de recorrer más de mil kilómetros a lo largo y ancho de la Isla, entró triunfalmente en La Habana.

Este año, como ya es tradicional, un grupo de destacados jóvenes reeditó ese recorrido por cada una de las rutas para rendirle tributo a quienes un día ofrendaron hasta su vida por traer la esperanza a la patria oprimida.

 Por ello no es casual que miles de habaneros se dieran cita hoy por cada uno de los sitios de recorrido y agitaran banderas cubanas como antaño.

 Es cierto, en algunos momentos no faltó quien evocara con visible nostalgia la figura de nuestro Líder de la Revolución, pero más allá de la notable ausencia física el legendario legado de nuestro Comandante en Jefe devino el sello distintivo del momento histórico.

Los trabajadores del Ministerio de Justicia, imbricados en ese pueblo que desde temprano se dio cita frente al ICRT, festejó el instante, dio vivas otra vez a esa simbólica Caravana y ratificó su confianza en un mejor futuro.

 Resulta curioso que mientras la Revolución es atacada con furia por sus enemigos de siempre y los voceros del imperio preconizan el apocalipsis, el pueblo de Cuba, consciente de su rol en la defensa de la patria ratificó hoy, con esta acción, su más decidido respaldo al proceso revolucionario y a los ideales más puros de los cientos de hombres y mujeres que a lo largo de la historia abonaron con su sangre los caminos de la independencia.