Cuba celebra hoy el aniversario 98 de la fundación de su primer Partido Comunista.
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La convulsa etapa de los años 20 del pasado siglo mostraba en la Isla a una clase obrera económicamente insolvente y perseguida por la corrupción gubernamental y a un estudiantado que, bajo el liderazgo de jóvenes como Julio Antonio Mella y Rubén Martínez Villena, pujaba por derrocar la tiranía de Gerardo Machado.
En ese contexto, en el sitio en el cual hoy se levanta el teatro Hubert de Blanck, en el Vedado, un grupo de revolucionarios encabezados por Carlos Baliño y Mella fundaron el primer Partido
Comunista de Cuba, organización política con orientación marxista.
La reacción gubernamental no se hizo esperar. Comenzó la persecución de sus líderes y la naciente organización tuvo que pasar a la clandestinidad.
En consecuencia, su electo secretario general José Miguel Pérez, fue detenido y deportado a España, mientras que, a Mella, sobre quien pesaba la orden de asesinato, el Partido le orientó marchar hacia el extranjero.
No obstante, su trabajo se hizo sentir.
Fue el Partido Comunista, ya con Villena al frente, quien, entre otras muchas acciones, luchó contra la llamada prórroga de poderes que pretendió perpetuar al machadato mediante una reforma constitucional, dirigió la Huelga General de marzo del año 1930 que dio al traste con ese gobierno y se opuso firmemente a la mediación yanqui encabezada por el embajador de Estados Unidos Sumner Welles.
El partido Comunista de Cuba, también abonó con la sangre de parte de sus mejores hijos los campos de España en la lucha contra el fascismo y los suelos de Cuba en su última etapa libertaria.
De entonces a la fecha ha pasado mucho tiempo. Sin embargo, los comunistas cubanos, a tono con su época, han estado siempre en el centro del apoyo a la lucha independentista. La fundación por nuestro Líder Histórico, el Comandante en Fidel Castro Ruz, del Partido Comunista no hubiera sido posible sin el consenso de sus militantes y el acompañamiento de sus dirigentes.
Ha transcurrido casi un siglo de aquel 16 de agosto del año 1925, y aunque los métodos y vías de lucha han cambiado, el enemigo y sus objetivos son los mismos.
Estados Unidos desarrolla una abierta guerra económica contra Cuba y financia, de manera cada vez más abierta, una subversión ideológica con el declarado fin de destruir la Revolución Socialista.
Como entonces el Partido Comunista de Cuba, heredero de las fieles tradiciones libertarias, encabeza este proceso de resistencia y lucha por salvaguardar las conquistas ganadas a sangre y fuego en medio de desiguales batallas.
