Las acciones del 13 de marzo

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 En busca de la materialización de un sueño posible

Hoy arribamos al Aniversario 66 del Asalto al Palacio Presidencial y a la emisora Radio Reloj.

 Cada año, al arribar a la fecha, la historia nos obliga a recordar los heroicos sucesos, que si bien no obtuvieron los resultados esperados, sin dudas contribuyeron a la posterior victoria de las tropas rebeldes comandadas por Fidel.

 No podríamos hablar de ello de manera aislada. No lo fue. Las acciones de ese día respondieron al acuerdo rubricado en fecha anterior por el líder del Movimiento 26 de Julio Fidel Castro Ruz y el de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) José Antonio Echeverría, conocido como La Carta de México, con la cual ambos dirigentes se comprometieron a apoyar la lucha armada contra el tirano Fulgencio Batista.

 Ese 13 de marzo de 1957, consolidada la lucha en la montaña, el brazo armado del movimiento estudiantil materializó su estrategia de golpear arriba, descabezar la dirección del país y promover un levantamiento armado que diera al traste con la sangrienta dictadura que usurpó el poder con el golpe de estado del año 1952.

 El propósito de la acción, según declaraciones posteriores de algunos de sus protagonistas, era eliminar a Batista, apoderarse de las armas almacenadas en el otrora Palacio Presidencial- hoy Museo de la Revolución- y convocar al pueblo a sumarse a la lucha.

Fue un duro combate. Los asaltantes lograron llegar hasta el despacho presidencial, pero Batista había huido, eso impidió cumplir con el objetivo central. Además, los esperados refuerzos nunca llegaron y escasos de balas, no tuvieron más remedio que retirarse del sitio.

Todo esto acontecía mientras que el líder de la organización José Antonio Echeverría, después de tomar la emisora Radio Reloj e informar el ajusticiamiento del tirano, no pudo concluir su alocución porque fue sacado del aire.

 Ese día, después de tratar de llegar a la Universidad de La Habana, Echeverría, en desigual encuentro con una patrulla policial del régimen, cayó abatido a los pies de la escalinata.  

 Tal y como ocurrió con los asaltantes de los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes en el año 1953, los jóvenes revolucionarios fueron perseguidos y masacrados vilmente. Muy pocos lograron sobrevivir a la sangrienta represión.

 Sin embargo, la sangre derramada en aras de la libertad de la patria nunca es vana.

 El Testamento Político redactado por José Antonio Echeverría, dejaba claro cuál podría ser el resultado de la contienda y por eso señaló: “Si caemos, que nuestra sangre señale el camino de la libertad. Porque, tenga o no nuestra acción el éxito que esperamos, la conmoción que originará nos hará adelantar en la senda del triunfo. Pero es la acción del pueblo la que será decisiva para alcanzarlo.

 Y la semilla de la libertad, abonada con la sangre generosa de sus mejores hijos, rindió los esperados frutos. El Primero de Enero del año 1959 se alcanzó la total independencia y en el pedestal del martirologio de la nación el nombre de aquellos jóvenes que protagonizaron la acción del 13 de Marzo, está inscrito con la tinta indeleble con la cual se hace justicia a quienes cayeron en la búsqueda de la realización de un sueño posible.

Etiquetas
13 de marzo 1957
Fuente
Enrique Valdés

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