Cuba recuerda hoy al Maceo de Baraguá. A su Titán de Bronce

Hoy siete de diciembre Cuba recuerda el aniversario 123 de la caída en combate de Antonio Maceo, o el Titán de  Bronce como también lo conoce su pueblo, un hombre con tanta fuerza en la mente como en el brazo. Un patriota imprescindible.

Sería redundante afirmar que Maceo trascendió a su tiempo porque su eterno y renovado legado lo torna presencia constante, porque frente a los peligros de una intervención militar norteamericana recordamos a otro grande, a Fidel, cuando citándolo revitalizó aquello de que quien pretenda apoderarse de Cuba solo recogerá el polvo de su suelo anegado en sangre si no perece en la contienda.

 Y entonces nos imaginamos, también por estos días, a estos sendos gigantes combatiendo juntos contra las fuerzas opresoras externas y los enemigos internos. Y sencillamente son invencibles.

  ¡Qué bueno que nuestra historia patria pueda contar dentro de sus páginas con una figura de la talla de Antonio Maceo y Grajales, inmensa en los valores y virtudes sembrados a lo largo de su corta existencia física!

 De Maceo heredamos su vocación antiimperialista, su ideario independentista, y una férrea intransigencia revolucionaria que lo llevaba siempre a dar el ejemplo en cualquiera de las trincheras que defendió. Eso solo lo hacen los grandes.

Heredamos también  esa fe inquebrantable en la victoria, su vocación de luchar por una patria mejor, solo posible desde la unión de los buenos cubanos, y el sentido del deber que no lo abandonó ni siquiera en los tiempos más difíciles.

 Pero del Titán de Bronce, sobre todo, heredamos el espíritu de Baraguá y la decisión de no rendirnos nunca, aunque la victoria parezca lejana o esquiva.

 Un día como hoy encierra un buen pretexto para mirar al futuro, allá desde donde nos guían hombres como estos, para decirles:  el provenir de la patria está garantizado. Contamos con ustedes para guiarnos.