El Día que el Himno Nacional vibró más fuerte

Hoy  el himno me sonó distinto. En las escuelas los niños homenajearon el 20 de Octubre, día de la Cultura Cubana y lo hicieron con el amor y el respeto que merecen los próceres de la  patria.

 Ellos conocieron por sus libros de texto que en una fecha como esta, hace 154 años, desde la montura de su caballo Perucho Figueredo, a petición de los pobladores de Bayamo y ante la efervescencia de la toma de la ciudad por las tropas mambisas, puso letra a lo que después sería nuestro Himno Nacional. Y se entonó allí por primera vez.

 Por eso hoy no podía sonar igual. Los pequeños, como herederos de aquellas luchas, lo cantaron con la misma convicción que aquel día de octubre del año 1868 en que comenzaba a gestarse la nacionalidad cubana.

 Los niños regalaron su arte, pero sobre todo hicieron gala de los valores incorporados a lo largo del curso escolar.

 Y ese arte unió al auditorio. Quizás por eso en estos momentos difíciles, en los cuales desde las redes sociales se trata de crear una imagen distorsionada de la realidad cubana, se convoca a los artistas a sumarse a la infamia.

 La cultura es parte del patrimonio de la nación. Ella ayudó a la grandeza de la patria. Unió voluntades cuando fue menester, combatió la desinformación en los momentos más álgidos y ahora puja por salvaguardar la memoria histórica y preservar lo mejor de su legado.

 Este día que se celebra, desde el año  1980, a partir de lo refrendado en el  Decreto No. 70 del Consejo de Ministros, es vital para la soberanía de la Mayor de las Antillas. Escuchar a los niños exclamar con fervor “No temais una muerte gloriosa, que morir por la patria es vivir”, nos dio la convicción de que el futuro estaba garantizado. Seremos libres porque estamos convencidos que en cadenas vivir no es vivir.