Miriam Martha García Mariño
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Parte de la historia viva del Ministerio de Justicia
Por: Enrique Valdés
Es 8 de Junio Día del trabajador Jurídico, momento propicio para conversar con Miriam Martha García Mariño quien a sus 72 años de edad acumula una vasta experiencia en el sector y su labor al frente de la Dirección de Asociaciones del Ministerio de Justicia (MINJUS) la convierte hoy en una figura de obligada referencia.
Durante su trayectoria por el Sistema del MINJUS en los últimos 28 años fue primero directora de Justicia en el municipio Especial Isla de la Juventud durante una década hasta su promoción hace ya 18 años.
A pesar de su extensa trayectoria Miriam mantiene vivas perspectivas y motivaciones, entre otras cosas, explicó, porque “siempre hay que trabajar como si nos faltara mucho, por eso pienso en lo nuevo, en lo que se necesita para dar un salto cualitativo y en el trabajo colectivo que es el que garantiza los resultados. Quedarnos varados en el tiempo significa el fin.
“Sin embargo la edad me dice que va llegando el final del principio, apostamos por el relevo que de continuidad a nuestra labor y le impregne esa savia joven tan necesaria en este complejo universo”
Miriam hace una pausa, frunce el seño y reflexiona. El tiempo es aliado de lo sensible y avizorar el adiós a una vida tan fértil sin dudas duele.
Cuando le preguntamos acerca de alguna anécdota que la haya marcado, no dudó en afirmar que cuando personas importantes y con vastos conocimientos opinan de uno, queda la satisfacción de que estás trabajando bien.
“Formar parte de un colectivo vanguardia nacional durante seis años, recibir el Sello Lázaro Peña que otorga el Sindicato Nacional de la Administración Pública, quedar como Cuadro Destacado en otras seis ocasiones y, sobre todo que mis trabajadores me reconozcan lo hecho, son motivaciones que me han impulsado en esta difícil labor.”
Miriam recuerda con orgullo sus resultados al frente de la Delegación de base de la Unión Nacional de Juristas de Cuba en la Isla de la Juventud que la llevaron a formar parte de su Consejo Nacional y de su elección como Secretaria del Comité del Partido en el MINJUS, y afirmó que “cuando hay un amor muy grande por lo que haces y te mueve el patriotismo y el deber como militante del Partido eso te impide retroceder.”
Ahora me mira y sonríe, mueve la cabeza a un lado como si sopesara la respuesta y afirma que nunca sus dos hijos constituyeron un freno para su carrera y desarrollo profesional.
“Es más difícil, sin dudas, pero aprendes a dividir tu tiempo, a darle espacio a cada una de las actividades y si también cuentas con la ayuda de buenos compañeros de trabajo, amigos y jefes todo es menos complejo”.
“A lo largo de mi vida pude trabajar, estudiar, ser madre, esposa, ama de casa, y compañera, gozo de muchos amigos y eso lo disfruto porque amo con intensidad a todos, en especial a mi madre.”
No obstante reconoce, es bueno destacar que toda mujer atraviesa por muchas dificultades, sus múltiples responsabilidades en el trabajo y en la casa en ocasiones le hacen pensar que no podrá lograr lo que quiere, los hijos exigen y a veces se enferman y eso tiene prioridad, pero siempre, subrayó, encontró una salida y una ayuda decisiva, la de su madre que sí tuvo dificultades para su realización profesional.
La conversación concluyó. Silencio. Un leve movimiento de cabezas en señal de despedida y con respeto y admiración vi alejarse parte de la historia viva de una institución.